RSS

miércoles, 13 de enero de 2010

La ciencia no tenía fin, pero lo que él había conseguido ya no tenía el valor de otro tiempo. Los trabajos de todos sus años, los misterios que había descubierto, que tragaba con insaciable apetito y que hacían crecer su talento, todo palidecía ante el principal misterio de la vida.

Koliusha

0 comentarios:

Publicar un comentario