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domingo, 29 de agosto de 2010

En el comienzo del amanecer, el día va dándose vuelta, a pausas; casi se oyen los goznes de la tierra que giran enmohecidos; la vibración de esta tierra vieja que vuelca su oscuridad.

Susana San Juan

sábado, 28 de agosto de 2010

Faltaba mucho para el amanecer. El cielo estaba lleno de estrellas, gordas, hinchadas de tanta noche.

Juan Rulfo

viernes, 27 de agosto de 2010

Y abrí la boca para que se fuera. Y se fue. Sentí cuando cayó en mis manos el hilito de sangre con que estaba amarrada a mi corazón.

Dorotea

jueves, 26 de agosto de 2010

Es tan violento y vive tan de prisa que a veces se me figura que va jugando carreras con el tiempo. Acabará por perder, ya lo verá usted.

Fulgor Sedano

miércoles, 25 de agosto de 2010

Es cierto, Dorotea. Me mataron los murmullos.

Juan Preciado

martes, 24 de agosto de 2010

Cada suspiro es como un sorbo de vida del que uno se deshace.

Damiana Cisneros

lunes, 23 de agosto de 2010

Este pueblo está lleno de ecos. Yo ya no me espanto. Oigo el aullido de los perros y dejo que aúllen. Y en días de aire se ve al viento arrastrando hojas de árboles, cuando aquí, como tú ves, no hay árboles. Los hubo en algún tiempo, porque si no ¿de dónde saldrían esas hojas?

Damiana Cisneros

domingo, 22 de agosto de 2010

Me acerqué para ver el mitote aquel y vi esto: lo que estamos viendo ahora. Nada. Nadie.

Juan Preciado

sábado, 21 de agosto de 2010

Y había visto también el vuelo de las palomas rompiendo el aire quieto, sacudiendo sus alas como si se desprendieran del día.

Juan Preciado

viernes, 20 de agosto de 2010

Y todavía más allá, la más remota lejanía.

Juan Preciado

jueves, 19 de agosto de 2010

Traigo los ojos con que ella miró las cosas, porque me dio sus ojos para ver.

Juan Preciado