Y, finalmente, ellos sabrían que era un juego de azar. Habrían de saber que la inconsistencia en las decisiones humanas puede convertir en insensatez el planteamiento de espionaje mejor organizado; que los tramposos, los embusteros y los delincuentes a veces resisten a toda incitación, mientras que respetables caballeros han sido inducidos a horrendas traiciones por turbias sisas en algún restaurante de Departamento.
Alec Leamas
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