RSS

sábado, 22 de agosto de 2009

A veces era como un hombre que huye, pero que corre hacia el enemigo, ansioso de sentir en su cuerpo a punto de desaparecer los golpes que han de demostrar su existencia, ansioso de imprimir en su melancólica conformidad la marca de una finalidad real, ansioso quizá, de abdicar su conciencia para descubrir a Dios.

John Somerton Avery

0 comentarios:

Publicar un comentario