Recuérdelo: el pulgar hacia arriba, la hoja paralela al suelo, el antebrazo tendido y la muñeca suelta. Que ni por un momento pueda fijar la vista en el cuchillo. Y la mano izquierda en guardi, tenga usted cuchillo o no lo tenga. Nunca es preciso ofrecer generosamente el cuerpo. Es lo que siempre le digo a mi hija.
Sandy Lowe
0 comentarios:
Publicar un comentario