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domingo, 6 de septiembre de 2009

Ni antes ni después, se ha visto nada parecido a Roma. Roma estaba más preparada para la guerra que Grecia y más capacitada para imponer la paz y el orden a los pueblos que conquistaba. Roma creó una magnífica red de calzadas que unía Europa con los desiertos de Arabia, y dentro de ella brotaron las ciudades a miles y creció una gran zona de comercio como el mundo no había conocido hasta entonces. Roma creó una patria común, algo que ni los griegos ni el gran Alejandro de Macedonia pudieron conseguir. Todos se beneficiaban de las leyes romanas, que eran claras y firmes. Todos se beneficiaban de los avances de Roma. Bajo el impreio, no había ciudadanos de Nápoles o de Córdoba, de Marsella o Alejandría, de Atenas o de Siria, sino ciudadanos romanos, nada más.

Ibn Jaldún

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